domingo, 18 de mayo de 2014

Sopa de sueño y otras recetas de cococina



ROSCOS DE AGUJERO

Se toma un buen agujero. 

Los hay de distintas especies: 
los de las paredes son fáciles de atrapar con la mano; 
los de neumáticos, que bufan si se les pincha, 
con maña se dejan también atrapar. 

Una vez en la mano, 
el agujero se rodea de una masa de harina 
salpicada de ajonjolí y se pone al horno.

 Si no están dulces, no saben a nada.

Yo, de pequeño, llevaba siempre uno en el bolsillo.
Eso sí, cuidado,
porque se tragan las canicas y los céntimos.

GUISO DE BOTONES
Hay que escoger botones vivos,
cuidando no sean sintéticos que tanto abundan ahora.
Los más tiernos son los de camisita; los de gabardina, los más duros.
Para atraparlos basta acercarse al ropero con una buena linterna
y arrancarlos de un tirón.
Se dejan en agua una noche
y se les da de comer hilo rojo.
De este modo,
hincharán hasta reblandecerse.
Por la mañana se le añade un chorrito de vino de libélula.

De Sopa de sueños y otras recetas de cococina, de José Antonio Ramírez Lozano, publicado por la editorial Kalandraka.

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