Eran dos niños llamados Peter y Marco. Un día sus padres los llevaron al zoo. Ellos eran muy traviesos y al llegar al zoo se escaparon de sus padres. Después de tirarles piedras a varios animales fueron a la zona de los koalas y se dedicaron a tirarles piedras y toda la basura que se encontraron en el camino.
El koala les dijo:
-¿Por qué estáis tirando cosas a los animales? Lo que estáis haciendo lo pagaréis. Los niños se quedaron tan sorprendidos al ver que el koala hablaba que en seguida empezaron a reírse.
-¡Ja,Ja,Ja! Un koala que habla -dijo Marco.
Peter, mirando al cielo, añadió:
-Y un burro que vuela.
Continuaron riéndose, pero el burro era el unicornio mágico.
-Por reíros de mis amigos los animales el resto del día sufriréis como nosotros -dijo el unicornio mágico.
-¿Y qué va a hacer un burro?-rieron Peter y Marco.
De repente una nube de polvo los envolvió convirtiéndolos en hienas.
Después de un día riéndose como las hienas, aburridos de los visitantes y maltratados por las venganzas de los animales, Peter y Marco suplicaron al unicornio que los convirtiera otra vez en niños. El unicornio los perdonó y ellos volvieron con sus padres.
Después de un día riéndose como las hienas, aburridos de los visitantes y maltratados por las venganzas de los animales, Peter y Marco suplicaron al unicornio que los convirtiera otra vez en niños. El unicornio los perdonó y ellos volvieron con sus padres.
María Plaza, 1º A
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