miércoles, 27 de noviembre de 2013

El koala y el unicornio mágico

Eran dos niños llamados Peter y Marco. Un día sus padres los llevaron al zoo. Ellos eran muy traviesos y al llegar al zoo se escaparon de sus padres. Después de tirarles piedras a varios animales fueron a la zona de los koalas y se dedicaron a tirarles piedras y toda la basura que se encontraron en el camino.

El koala les dijo: 

-¿Por qué estáis tirando cosas a los animales? Lo que estáis haciendo lo pagaréis. Los niños se quedaron tan sorprendidos al ver que el koala hablaba que en seguida empezaron a reírse.

-¡Ja,Ja,Ja! Un koala que habla -dijo Marco.

Peter, mirando al cielo, añadió:

-Y un burro que vuela.

Continuaron riéndose, pero el burro era el unicornio mágico.

-Por reíros de mis amigos los animales el resto del día sufriréis como nosotros -dijo el unicornio mágico.

-¿Y qué va a hacer un burro?-rieron Peter y Marco.
De repente una nube de polvo los envolvió convirtiéndolos en hienas.

Después de un día riéndose como las hienas, aburridos de los visitantes y maltratados por las venganzas de los animales, Peter y Marco suplicaron al unicornio que los convirtiera otra vez en niños. El unicornio los perdonó y ellos volvieron con sus padres.

María Plaza, 1º A

jueves, 21 de noviembre de 2013

Infancia, de María Plaza


Polvorones de Navidad. Caída de la cama. Cromos de las Monster High. Tarta de cumpleaños de mi madre y mi vecina. Vamos a la cama que hay que descansar. Veranos con mi prima. Un dos tres pollito inglés. Que sueñes con los angelitos. De oca y tiro porque me toca. Cómete las lentejas o las tienes para merendar. Bocadillo de jamón y aceite. Tardes con películas de Barbie. Vestidos de flores de mi madre. ¿Mamá, cuándo nos vamos al pueblo?

miércoles, 20 de noviembre de 2013

El lápiz volador

Un día estaba haciendo los deberes cuando mi lápiz empezó a volar. Intentaba salir por la ventana, de repente ¡¡¡¡¡¡BANG!!!!!!!!! se escuchó un terrible ruido, era que había roto el cristal. ¡¡¡¡¡¡¡¡CHING!!!!!!!! Estaba haciendo esgrima con un espadachín profesional. Después volvió a mi casa y me pinchó para que fuera con él. 

Fuimos a un lugar muy raro, era una especie de mundo donde todo estaba hecho de lápices, había árboles con tronco de lápiz y hojas de virutas de madera. Iba por aquel lugar y me encontré un oso hecho de lápices que nos persiguió y nos persiguió hasta que llegamos al castillo de la reina lápiz. Allí había un mensaje de madera que decía: “Hace varios días que en este reino han robado una tonelada de madera”, pero nosotros no echamos cuenta.

 -¡Guardias! -dijo la reina al vernos. 

La reina se creía que habíamos venido a entregarnos por el robo. El lápiz y yo conseguimos salir del castillo y escapar de los guardias. El lápiz escribió en el suelo que me montara encima de él. Yo me monté y me llevó arriba del castillo donde había una cabina de teléfono, volvió a escribir en el suelo: "Marca este número 612345987". Lo marqué y se puso el consejero del rey, le dije que le contara a la reina que nosotros no habíamos sido, que fueron otras personas. El consejero lo entendió y nosotros nos hicimos amigos de la reina.

Mario Lozano 1º A

El árbol triste



Había una vez en un bosque muy peculiar un árbol que estaba triste porque los demás árboles no lo dejaban tranquilo. Eso se debía a que era el más pequeño de todos, se pasaba el día llorando y llorando hasta que se quedaba dormido.

Un día el árbol se cansó, así que decidió irse. El pequeño arbolillo se levantó y se fue. Caminó hasta quedar agotado. Cuando se levantó se dio cuenta de que había llegado a un prado verde. El árbol decidió quedarse allí, estaba muy feliz porque ya no se metían con él los demás árboles. Pero lo malo fue que ahora se metían con él los pájaros diciéndole que era muy feo y no sabía volar. Así que el árbol volvió a levantarse y se fue aun más triste que antes. Vagó por el prado sin rumbo hasta llegar a una granja. Encontró un llano solitario y decidió quedarse allí. Pasaron los años y se convirtió en un árbol fuerte y robusto.

Un día se dio cuenta de que no era feliz porque necesitaba algo y ese algo eran sus amigos, los que hacía tiempo lo insultaban. Cuando el árbol llegó a donde vivía antes y lo vieron los demás árboles, no se metieron con él nunca más.



FIN

Francisco Javier Fernández Cortés, 1º B

jueves, 7 de noviembre de 2013

Infancia

Abuelo, dame mamón por favor. Papi, juega conmigo.¡Cómprame un coche telerigido, por favor.¡Alejandrooo, recoge tus juguetes! Celebrar la Navidad con mi familia. Mami, ¿cuanto queda para mi cumpleaños? Ale, si por la noche vas hacer pipi no mires si han llegado ya los Reyes Magos. Cómprame un puquete. Estar con mis abuelos. Que mi madre me curase las heridas de cuando me caía en el suelo.

Alejandro Rodríguez

Infancia



Tardes viendo la tele. ¿Cuándo llegamos? ¿Queda mucho para el verano?, ¿y para los Reyes? Doraemon: «Ojalá mis sueños se hicieran realidad». Mi primera bicicleta. Ver la Fórmula 1. Los partidos de España. Ayudar a mi hermano pequeño a sacar peces de la pecera. Mi primer diente caído. Cogerle a mi madre la oreja para dormirme. De puente a puente y tiro porque me lleva la corriente. 


Mario Lozano

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Infancia


Los boquetes en los pantalones. Leche con mantecados para los Reyes Magos. De oca en oca y tiro por que me toca. Tardes con el Doraemon. El gol de la final de la copa del mundo con España. Juegos con mis hermanos. El cuarto patas arriba. ¿Mamá, cuánto queda para llegar a la playa? Ya queda poco... Los días que nacieron mis hermanos. Pintar caras raras en el espejo con el pintalabios. Mi primer cuaderno de escritura. La Navidad con la familia. Días de parques. Sana sanita culito de rana. ¿Falta mucho para los Reyes, mamá?
José Sánchez Guillén